
Que Joyce era un tipo muy enredado cuando escribía es una excusa que mucha gente usa para huír de su obra. Sin embargo, como casi toda la gente involucrada en el desarrollo de las técnicas más romperdoreas del arte, su estilo tardío es fruto de un trabajo juicioso a partir de las ideas de sus antecesores.
Un ejemplo de la maestría de Joyce es su relato «Los muertos«, el último en su colección «Dublineses». Para algunos críticos (como Dan Barry y el inigualable T.S. Eliot), es uno de los cuentos mejor logrados en lengua inglesa. Ha sido adaptado también a teatro, cine (por John Huston en 1987) y a un musical (ganador de un premio Tony).
La colección de relatos es muy recomendable en su totalidad, claro. Los relatos tienen una ironía muy sutil que despierta tanto risa como ternura. Para las personas interesadas en leer «Ulises» es un buen abrebocas para entender el Dublín que Joyce se llevó en su cabeza cuando comenzó su vida migratoria.
[eventButton id=»173″ date_id=»372″]Reservar[/eventButton]
Blog del Proyecto ULISES