De entre todas las novelas que hemos tenido el placer de leer en este 2014, algunas han dejado mejor sabor de boca que otras. He aquí un ranking de libros disfrutados en este año que ya termina, porque siempre es mejor leer por recomendación que a ciegas.
1.- La Carretera de Cormac McCarthy
De entre todas las lecturas de este último año, La Carretera no sólo impacta en el momento de devorarla sino que la impresión inicial se mantiene a lo largo del tiempo. Un premio Pullitzer, cuando crítica y público coinciden, de los que se merecen. McCarthy creó con su Olivetti Lettera una novela aparentemente sencilla, siendo al mismo tiempo una historia complejísima, infinita. Es una historia donde no pasa nada y la fuerza de la narración recae sobre el contexto, el ambiente, la situación. Pero donde también sucede, plenamente, absolutamente todo. Y es difícil explicar cómo se puede ser sencilla y complicada al mismo tiempo, y no contar nada y contarlo todo.
Va de un mundo post-apocalíptico donde los últimos vestigios de la humanidad luchan por sobrevivir en un entorno hostil, y un padre y un hijo recorren la carretera manteniendo viva la llama de… de eso precisamente, de la humanidad que llevan dentro.
[hr]2.- El Gran Gatsby de F. S. Kennedy
Cuando Scott Fitzgerald terminó el Gran Gatsby escribió a su editor diciéndole “He escrito la mejor novela de los Estados Unidos de América”. No es cierto, pero se le acerca. En su contexto, dentro de la llamada Generación Perdida y de la Edad del Jazz, muy probablemente sea la gran novela americana, con todos los rasgos de los locos años veinte estadounidenses (la explosión de la música jazz, los automóviles y teléfonos, las películas cinematográficas, la electricidad y el foco en las celebridades de los deportes y el cine) cuyo exceso terminó con la gran depresión del 29. No he visto las pelis, pero no importan porque ni de coña pueden superar esta novela.
Va de que el nuevo rico Gatsby trata de recuperar a su gran amor de juventud deslumbrando a la sociedad neoyorquina con suntuosas fiestas, lo que dará lugar a un pentágono amoroso en el mejor de los contextos, con personajes indelebles. Muy, muy, muy recomendable.
3.- Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino
Italo Calvino muestra un derroche de estilos literarios incluyendo no una, ni dos, ni tres, sino hasta diez novelas en una, con once argumentos diferentes. ¿Alguien da más? Orientada al lector, narrada a tramos en segunda persona (te habla a ti) es quizá un ejercicio de lo que una novela puede llegar a ser, o lo que podría llegar a ser… si terminara. Me recordó a Pynchon, en algunos puntos.
Va de un lector y una lectora que tratan de leer un libro pero siempre algo se lo impide y deben empezar una novela nueva.
[hr]4.- Todo se derrumba de Chinua Achebe
Los que conocemos de cerca el África subsahariana encontraremos en Todo se derrumba una comprensión más acérrima de lo que hemos vivido, en un mundo donde las estructuras patriarcales, las costumbres tribales y la superstición/religión (aquí y allí y en todas las épocas, la religión y la superstición son la misma cosa) se amalgaman entre sí para dibujar una historia de cambio social, con la llegada de los primeros colonos/misioneros al África indómita.
Va de un gran guerrero que asiste a los primeros pasos del derrumbamiento tal y como lo conocía del mundo ancestral al que estaba acostumbrado en su poblado.
[hr]5.- Neuromante, de William Gibson
La única edición existente en español es la peor traducción que he leído en mucho, mucho tiempo; si tenéis nivel para acudir al original en inglés, hacedlo, porque la traducción estropea considerablemente la lectura. Neuromante ganó todo lo ganable en ciencia ficción: los premios Hugo, Nébula y Philip K. Dick, y sentó un precedente para el ciberpunk sentando las bases de la tecnología moderna tal y como la conocemos cuando aún no existía ni Internet. Un imprescindible impresionante.
Va de un vaquero de las redes al que rescatan del abismo encomendándole una tarea inhumana; literalmente inhumana.
[hr]6.- La Subasta del Lote 49, de Thomas Pynchon
Desde los tiempos en que La Petite Claudine todavía no era muda me llegaban ecos de Thomas Pynchon, a quien no había leído, y su Arcoiris de Gravedad, con la que no me atreví. Pynchon es un autor de culto, laberíntico, denso y complejo, que o bien te encanta o bien te horroriza. Me pareció que La Subasta del Lote 49 era más asequible para empezar. No lo fue.
Quizá con algún desajuste de ritmo ocasional, La Subasta no puede perder el norte porque no lo tiene. Sólo tiene estilo propio. Con el tiempo, según se ha ido aposentando en mi cabeza, la novela ha ido ganando fuerza. Es de esas, como también lo es el Arcoiris, que hay que leer. Aunque sólo sea para poder decir que es una mierda con conocimiento de causa. No lo es.
Va de… Dios, hay que leerla; no se puede explicar.
[hr]7.- Piel Fría, de Albert Sánchez Piñol
Una novelilla fantástica de las que no parecen mucho según se leen, y quizá no lo sean, pero que dejan un regusto a “he leído algo más” al terminarlas. Entremezclando lo irreal con la aventura y la acción con las sensaciones, Sánchez Piñol crea un universo aislado y completo en sí mismo en mitad de ninguna parte.
Va de una isla con un faro en la que dos hombres solos luchan por sobrevivir, a veces contra sí mismos y el resto del tiempo contra lo que viene del mar.
[hr]8.- To Kill A Mockingbird (Matar a un ruiseñor) by Harper Lee
Merece la pena leerla en inglés original por los modismos y giros empleados por los personajes, aunque me imagino que habrá traducciones de calidad. Es una de esas imprescindibles, que se enseña en las escuelas norteamericanas, y que trata magistralmente el conflicto racial yanqui de no hace tanto tiempo. La primera parte, no tan clásica ni tan profunda, que sólo habla de niños jugando, me gustó más. Pero no puedo decir eso en voz alta.
Va de un abogado viudo con dos críos que es la hostia y trata de defender a un negro acusado de violación aunque el resto del pueblo quiere colgarle por ser negro.
[hr]9.- Intemperie, de Jesús Carrasco
Cruda, descarnada. Esencial, primaria. No te deja indiferente. Podada, mimada, la prosa de Carrasco alcanza ciertas vulnerabilidades humanas básicas, y las explota. No es la más potente de las novelas que he leído en el 2014, pero es probablemente la más sincera. En un mundo literario lleno a rebosar de fantasías, ciencias ficciones, imaginarios, psicosis y creatividad sin ataduras, se agradece una lectura anclada a la tierra yerma y seca, a la carne y hueso de los humanos, a la Intemperie.
Va de un niño en la España rural que se escapa de casa y une su destino al de quien encuentra por el camino, y al sino de quien le busca.
[hr]10.- Los Propios Dioses, de Isaac Asimov
Una de mis novelas preferidas de Asimov, una de las más aclamadas en ciencia ficción y, según el propio Asimov, “su mejor texto”. Dividida en tres partes, la segunda es una obra maestra y el concepto de la trama, en sí mismo, sigue vigente hoy día.
Va del hallazgo de una fuente de energía inagotable al conectar con seres en un universo paralelo.
[hr]11.- Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño
Oh yeah, una de esas que te deja con buen sabor de boca. De Bolaño hay que leer algo, aunque sólo sea por lo bien que escribe. La trama está complejamente estructurada –entiéndase: la historia es sencilla, pero se narra de forma caótica-, lo que es muy propio de cierta narrativa hispanoamericana, y mezcla un extenso conocimiento literario con los sucesos cotidianos y algo de aventuras.
Va de un chico joven que quiere ser poeta y de las relaciones que mantiene con otros jóvenes poetas y poetisas, y de las búsquedas que estos poetas y poetisas hacen de la naturaleza primigénea del real visceralismo desde el punto de vista narrativo de distintos poetas y poetisas y otros seres humanos. Y así.
[hr]12.- Breakfast Of Champions, by Kurt Vonneguth (El desayuno de los campeones)
Leída en inglés en el original, me gustó el estilo narrativo de Vonneguth. Es asombrosamente… distinto. La historia en sí es una chorrada, o a mí me lo parece, y en realidad casi no cuenta nada. Pero es la forma en que lo hace, tan salvaje. El libro en sí es un salto al lado oscuro de cierta concepción de la vida, encallado en las visiones psicodélicas del LSD americano de los sesenta y setenta.
Va de un ricachón que está como una regadera y estalla al leer una novela de un escritor que es el prota.
[hr]13.- Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol de Haruki Murakami
Murakami tiene un je ne sais quoi interesante. Es quizá ese punto de literatura pop pasajera con tintes de tradición milenaria. A ratos. Ésta me decepcionó bastante. Quizá esperaba de una novela de Murakami, al que conocía desde hacía muchos años pero nunca había leído, que fuera lo suficientemente buena como para querer leer más. No fue así. De todas formas no está mal; es sólo que con este argumento esperé que fuera a emocionarme, y no lo hizo. Mala suerte. De entre todas las novelas suyas que podían haber sido mi vínculo con su literatura, fue a tocarme ésta. Y eso que Murakami lo tenía todo hecho conmigo, y era más difícil joderlo que enamorarme.
Va de que un hombre se reencuentra de adulto con la niña (ahora mujer) que fue su amiga de pequeño.
[hr]14.- Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea de Annabel Pitcher
Lacrimógena, destinada a provocar emociones. Algo pastelosa, aunque merece la pena. Escrita de forma sencilla, muy calmada, con un trabajo editorial excelente, es de esas novelas que parecen de usar y tirar pero dejan un buen regusto en el paladar, como si lo que acabaras de leer fuera algo más que un drama y explicara algo sobre nuestro propio mundo interior, aunque hable de la pérdida de una hermana.
Va de una familia desestructurada tras los atentados de AlQaeda en Londres.
[hr]15.- El libro de los viajes equivocados de Clara Obligado
Clara Obligado firma una novelita excelente, terriblemente buena para lo corta que es, que deja un buen sabor de boca, como si la espiral que describe fuera la espiral de los libros que merece la pena leer. Le falta algo, eso sí, porque no llega a clavarte las garras como lo hacen las novelas más potentes. Quizá lo que le falta es extensión. Pero el estilo narrativo es curioso y la estructura te hace pensar. Aunque no sea nada más que eso, una novelilla de relatos.
Va de cruces en distintas épocas y lugares de personajes que se relacionan entre sí en distintos relatos.
[hr]16.- Los Enamoramientos, de Javier Marías
A Javier Marías le conocemos todos. Su prosa es tan pedante como él. Y no escribe tan bien. Se repite a sí mismo y la repetición ni siquiera es la clase de repetición que te hace pensar que la repetición está hecha adrede en repetidas ocasiones. No, es sólo un poco coñazo a ratos. Los enamoramientos tiene un toque obsesivo, como si nos metiéramos en el cerebro de una mujer en pleno desengaño amoroso, cuando vuelves una y otra vez sobre la misma idea y te rayas pensando en él y en lo que ha pasado y no sales del bucle y sólo te distrae… descubrir un asesinato. Cuidado, no es policíaca aunque lo parezca. Tampoco es romántica aunque lo parezca. Aunque lo parezca, es otra cosa. Aun así, de alguna forma es buena y me gustó.
Va de una mujer que descubre que su amante ha asesinado a su amigo por el amor de otra mujer.
[hr]17.- The curious incident of the dog in the nighttime (El curioso incidente del perro a medianoche) by Mark Haddon
Leída en su inglés original, la novela deja al mismo tiempo un buen y un mal sabor de boca. Te quiero decir: en el gran contexto de la literatura universal es una chorrada, pero tienes una sensación al leerlo de estar viajando en la mente de un autista, viendo el mundo con sus ojos, sintiendo su miedo, sufriendo su rabia.
Va de un niño autista en una familia desestructurada y sus peripecias dentro y fuera de casa.
[hr]18.- Demasiada Felicidad de Alice Munro
No la veo yo muy Premio Nobel, a esta mujer, pero en fin. Ahí lo tiene. Cuando lo leí me pareció muy normalito, y un año después aposentado por el tiempo me lo sigue pareciendo. No voy a decir mediocre porque no significa término medio y resulta peyorativo, pero lo es. Mediocre, quiero decir. Son sólo historias, no demasiado buenas y no demasiado impactantos en ningún sentido, a ningún nivel.
Va de unos cuantos relatos con personajes que les pasan cosas y tal. Y así. Gran resumen este, sí.
[hr]19.- 84, Charing Cross Road by Helene Hanff
Decididamente un “must have”, porque es especial, aunque no es propiamente una novela. Es una recopilación de misivas reales entre una escritora yanqui y una librería inglesa tras la Segunda Guerra Mundial. Está curiosa, entretiene y merece la pena leerla en inglés original.
Va del vínculo que se forma entre una escritora y el personal de la librería donde compra los libros, con la que sólo se relaciona por carta.
[hr]20.- Los Hijos del Mar de Pedro Feijoo
Una policiaca con algo de humor, es de esas novelas negras que sólo podría escribir un gallego porque tiene toques muy españoles entremezclados con la mejor novela de espías de los años 50 americanos. Divierte, entretiene y para pasar el rato no está mal. Es como para leer en la playa sin dedicarle más tiempo del que se merece, que tampoco es mucho.
Va de un arquitecto cutre que se ve envuelto en un misterio que envuelve a la heredera de una rica familia gallega. Y amor y policías y mafiosos y nazis y hasta piratas y tesoros y todo.
[hr]21.- Kitchen de Banana Yoshimoto
De esas recomendaciones que piensas “por Thor, cómo me han podido recomendar esto” y cuando te vuelves a encontrar con la persona que te la recomendó y le dices “por Thor, cómo me pudiste recomendar esto” te dice “ah, no, si no la he leído, es que dicen que escribe muy bien”. Bueno, pues no. A ver, algo tiene. Pero a mí no me llegó, no logró cautivarme, emocionarme, interesarme, intrigarme. Nada. Banana Yoshimoto lo intenta, pero no lo consigue. Incluso trata de incluir elementos de realismo mágico, como si lo real maravilloso se pudiera construir sin crear un mundo real perlado de magia. No me convenció nada, y no la recomiendo. Hay cosas mejores en las que invertir el tiempo de lectura.
Va de una mujer a la que se le muere su abuela y se va a vivir con el frutero de su abuela y su madre transexual, y luego otra historia de muerte y pérdida y travestismo. Y así, y tal.
[hr]Y esto ha sido mi 2014 en lecturas. Qué jartá de disfrutar. ¿Qué opinas? ¡Acepto recomendaciones para el 2015!